jueves, 10 de marzo de 2016

Es postre



Te llame  por la mañana para decirte que iría a comer que al final sí que me daría tiempo, así que me preparaste una rica ensaladilla rusa que me encanta y un entrecot de ternera porque sabes que soy carnívoro. Pasamos la comida estupendamente, tu contándome tus cosas sobre el trabajo, tu madre, tu amiga Paula que otra vez había dejado a su novio. Yo te escuchaba cariñoso y mimoso, tranquilo, disfrutando de ti, de la compañía de mi sumisa. Me besaste la mano en señal de sumisión y fuiste a la cocina a recoger mientras yo acababa de tomarme el café.
Te escuchaba tararear una canción mientras fregabas los platos, tenías la radio puesta y no me escuchaste llegar. Te agarre por detrás y diste un pequeño salto por el susto pero te dejaste abrazar por mí inmediatamente y recibiste mis besos en tu cuello con agrado.
Te susurre en el oído que quería más postre y  que ibas a dármelo tú. Ahí ya te pusiste tensa porque sabes que esas cosas siempre son preámbulo de que te posea salvajemente y de manera morbosa en cualquier parte de la casa. Hice que te inclinaras sobre el fregadero y levante tu vestido, allí estaba tu culo delicioso con un tanga negro, se me puso dura nada más verlo. Te lo agarre y le di un par de azotes cariñosos. Te arranque la falda y el tanga, te mande agarrar el grifo del lavábamos y no soltarlo y abrirte bien de piernas. Obedeciste sin dudar, separe tus nalgas con mis manos y empecé a lamerte, jugué con mi lengua en tu coño mojadisimo, lamí en círculos tu sexo, mi lengua entraba y salía de tu coño, te lo estaba follando muy rico y tus jugos me decían que lo estaba haciendo bien igual que tus gemidos ahogados. Estuve así un buen rato, jugando con mis dedos dentro de ti, agarrando fuerte el culo y lamiéndolo también, me encantaba devorarte así, dejar que mi lascivia saliera por mi boca y te devorara sin miramientos. Note como te contraías y acelere, el orgasmo te llego y tus piernas temblaron, gemiste fuerte, y soltaste las manos del grifo en medio del orgasmo.
Te abrace y te bese, pero te recrimine que te hubieras soltado del grifo, bajaste tu mirada sabiendo que habías hecho mal y te arrodillaste esperando tu castigo por haberme desobedecido.
Te senté en mis rodillas y te azote durante un minuto seguido mientras con cada azote decías: Lo siento señor, zasssssssss., lo siento señor…zasssssss…lo siento señor…zasssss…tu culo se puso algo rojo aunque no te de muy fuerte era una falta leve.
Te arrodillaste y te indique que me mamaras. No me hiciste esperar y sacaste mi polla durísima del pantalón, empezaste a lamer el capullo despacio, mirándome, como a mí me gusta, lamiste los huevos, dando largas pasadas con tu lengua, me abrí en la silla para ti, para tu boca. Comenzaste a comer con ganas, veía en tu cara y en tus ojos el deseo, trababas y te atragantabas, hacías arcadas, babeabas sobre mi miembro, agarre tu cabeza y tu lengua bajo de mis huevos hacia mi ano, con las babas lamiste y pusiste un dedo acariciándome ahí como sabes que me gusta, te metiste mi polla en la boca y tu dedo me acaricio mirándome a los ojos recibiste la tremenda corrida que te di, llenándote la boca, tu cara, era una maravilla verte ser así de viciosa conmigo tu Amo.

Ha sido un rico postre mi sumisa- dije yo besándote antes de salir de casa para volver a trabajar.
Gracias mi señor por compartir su postre conmigo- respondiste tu complaciente.
Siempre, siempre  lo compartiremos todo. Es postre  y mucho más. – dije yo bajando las escaleras y observándote de rodillas mirándome como me iba.  Sin duda es una maravilla poder escaparse para comer en casa contigo, siempre es bonito ver que el postre siempre está caliente esperándote.



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